jueves, 1 de febrero de 2018

DESCUBRIENDO EL CASINO








Visita el Casino  Una visita al Círculo de Amistad Numancia con la Asociación de Guías Río Duero.
Es el Casino un lugar de otros tiempos, que sin embargo rebosa modernidad con sus actividades culturales. Es un lugar de esos que parecen anclados en el pasado y que siempre despierta la curiosidad.
Un edificio de S. XIX alberga esta ilustre institución cuyo anagrama lo forma el cruce de dos manos izquierdas, con un posible origen, según sus socios, de algún rito masónico, de quienes fuesen sus posibles primeros fundadores.
Por él pasaron ilustres poetas como Don Gerardo Diego que hizo sonar las teclas de su preciado piano un Stenway de 1869, cuya adquisición arruinó al Casino, según alguno de los Socios. También pasó el siempre polémico Don Antonio Machado, que retrataba así a quienes, a principios del pasado siglo, ya frecuentaban el Casino:

"Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía
"
En el año 1953 la cuota de entrada ascendía a 400 pesetas, además de lo cual, era necesario estar avalado por al menos dos socios, a esto había que añadírsele una cuota mensual de 13 pesetas.
Sus socios, que según su Vicepresidente casi alcanzan los 1.500, contaron en otros tiempos con presidentes ilustres como Don Mariano Granados o Zorrilla.
Las timbas que aquí se jugaban eran estupendas, llegándose a perder en una sola noche de 1980 hasta 4.000.000 de las antiguas pesetas.
Algunos de los juegos mencionados por los socios son el bacarrá juego de naipes, de los llamados de azar, en que juega el banquero contra los puntos. También se jugaba al chiribito.
Hoy los socios del Casino, enzarzados en competiciones de ajedrez, afirman que ya perdieron sus dineros cuando eran más jóvenes, y que aunque sin apuestas, estas competiciones se juegan con el mismo fervor.
Uno de los socios afirma que mucho antes, un hombre, llegó a apostar y perder hasta 130 yuntas, y de buena tinta lo sabe, puesto que fue su propio abuelo quien las perdió.
Actualmente se pretende poner en valor este edificio histórico, que no está declarado sin embargo Bien de Interés Cultural.
Cuentan con una fantástica pinacoteca de autores sorianos, que les han ido cediendo sus cuadros como pago a la cesión de las instalaciones para la realización de exposiciones. Su joya pictórica más preciada es un pastel del ilustre Maximino Peña.

Ana B. Bravo

2 comentarios:

  1. muy bien Ani, así tenemos la información para contarles cosas a los turistas, es lo que tiene coger apuntes...yo fui en plan turista.

    Alberto

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  2. Si Alberto, jeje ;-). Es que si no el tesoro que son estos "documentos" orales se pierde en un momeno.
    Ani

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